Para
gustos los colores. En todos los ámbitos, y en el cine no iba a ser menos. Hay
películas de todo tipo, para todo tipo de gustos (como debe ser): de terror, de
acción, comedias, románticas… Sin embargo, no todas son aptas para todo el
público. Cosa que, a veces, es de agradecer.
El
otro día fui a ver Deadpool, la última película de Marvel –por ahora- (o de
Fox, como se prefiera decirlo). Hay quienes piensan que es otra película de
súper héroes. Un Spiderman más al que los niños pueden ir a ver sin problema.
PUES NO. Deadpool no es un súper héroe. No es un Spiderman más.
Wade
Winston Wilson, mejor conocido como Deadpool, es un personaje ficticio,
mercenario y antihéroe. Totalmente inestable y desfigurado. Su historia empieza
con una infancia traumática llena de episodios de violencia familiar y muertes.
En su adolescencia, decide ganarse la vida como mercenario, entrenándose en
diferentes usos de armas y ofreciendo sus servicios como sicario.
Pasado
el tiempo, Wade fue diagnosticado de cáncer, lo cual le llevó a ofrecerse como
voluntario del Proyecto Arma X, un programa paramilitar del gobierno canadiense
que le prometía acabar con su enfermedad. Le sometieron a un tratamiento con
células regenerativas del mutante Lobezno, para eliminar así el riesgo de
muerte por esta lacra. Sin embargo, el factor curativo le produjo otros
efectos, como la inestabilidad emocional y mental, así como su rostro
totalmente desfigurado.
Wade
fue asignado a una unidad donde, en un arrebato de locura, asesinó a uno de sus
compañeros, lo cual le dejó fuera del proyecto y fue trasladado al Hospicio,
una instalación donde el Doctor Killebrew asiste a los "experimentos
fallidos". Allí, entre los pacientes existía una apuesta por ver quién
sería el próximo en morir (lo que llamaban “dead pool”), pues eran sometidos a
intensos métodos de tortura por Killebrev y su asistente, Francis. Éste, a modo
de trampa, decidió sacrificar a uno de los compañeros que tenía buena relación
con Wade, quien decide matarlo y acabar con su sufrimiento. Así, cayendo en la
trampa, es juzgado por la regla del doctor, “cualquier paciente que asesina a
otro debe pagar con la misma moneda”, y Francis le arranca el corazón. El
factor curativo de sus células regeneró su corazón y se vengó. Así es como Wade
decide adoptar su nombre definitivo, Deadpool, en memoria de las apuestas de
los pacientes.
Se
trata, nada más y nada menos, de un mercenario, sangriento y violento, con
un humor negro bastante presente. Así es en los cómics. Así es como lo quieren
ver los fans en la gran pantalla. Y así es como debe ser en la película. Al fin y
al cabo, ¿el hacer películas sobre un personaje de cómic en concreto no
significa que el filme tiene que ser lo más fiel posible al susodicho
personaje? He ahí la gracia de que la película esté basada en un cómic.
Pero
no os hago perder el tiempo a vosotros, lectores, haciéndoos creer que la
película no es fiel a los cómics. Todo lo contrario. Es lo más fiel posible. No hay
más que ver el tráiler para darse cuenta de
ello. Solo con los casi tres minutos que dura el tráiler vemos por dónde irá la
película: un imbécil que por cosas del destino se convierte en alguien
hambriento de ira, violencia y sangre. En fin, una película no apta para
menores. Como debe ser.
Hoy
en día es difícil conseguir una fidelidad total. Una película tachada por la sociedad de “súper héroes” no
puede ser tan violenta, evidentemente. Pero es que la gente no ve que NO ES UNA
PELI DE SÚPER HÉROES. En serio, ¿tan difícil es darse cuenta de eso? Por dios,
si hasta se ha prohibido en China. Desde que
la película se estrenó ha habido polémica porque los padres han llevado a sus
hijos al cine a verla, y en los primeros cinco minutos (igual menos) se dieron
cuenta de que no era apta para menores. Cuando la vi en el cine, hasta un padre
se salió de allí con sus hijos a mitad de la película. Ahí es cuando empezaron
las críticas. Y cómo no, la culpa para la película. Pero quién tiene realmente
la culpa, ¿una película que promete desde el primer momento que va a ser fiel
al cómic (ergo, no apta para críos) o los padres que llevan a sus hijos a ver
películas sin ver el tráiler ni informarse de que es para mayores de dieciocho?
Una película porno por ejemplo no es apta para todo el mundo, pero nadie dice
nada al respecto, los padres saben desde un principio que no llevaran a sus
hijos al cine a ver ese tipo de pelis. Pues con Deadpool pasa igual. Si no es
apta para menores, es por algo. No es justo ni para el director, ni para el
actor que da vida a este grandioso personaje, ni para los productores ni para
los fans, que les llueva una tormenta de críticas por hacer bien el trabajo.
Ryan
Reynols, Tim Miller –director de la película- y los fans llevan luchando años y
años para conseguir una película de Deadpool como tiene que ser (y no el
supuesto “Deadpool” de X-Men Orígenes:
Lobezno). Así lo aseguró Ryan Reynolds en el programa The Graham Norton Show: "Teníamos un guión hace unos seis años
y después tuvimos un poco de material de prueba para la película que se quedó
en una estantería de Fox durante cuatro años, pero hace como un año y medio,
alguien lo filtró accidentalmente en Internet y fue una locura. La gente empezó
a escribir e inundar a Fox, rogando para que se hiciera la película Deadpool.
En las siguientes 24 horas, tuvimos luz verde". Respeta por completo la
esencia del personaje, continúa: "es un tipo que se carga la 'cuarta
pared' cuando le apetece y que dice siempre lo que quiere decir. Creo que es la
adaptación más rigurosa que se ha hecho nunca de un cómic a la pantalla”. Y por
fin se ha logrado. No se ha luchado tanto para que ahora se eche a perder
porque algunos piensen que Deadpool es un Spiderman más. (Sí, increíble, hay
gente que piensa eso. En el cine, había una niña en la fila de atrás que dijo “Es
otro Spiderman, ¿no ves que va vestido igual?”) En fin… NO ES OTRO SPIDERMAN.
¿En serio no se ven las diferencias?
En
resumen, a lo que quiero llegar es que la película es increíble. Da lo que
promete. Y no es merecedora de las críticas que le van llegando de padres angustiados
por el horror que han podido ver sus
hijos. Es una peli no apta para menores; si los hijos han visto algo indebido,
la culpa es de los padres y únicamente de los padres.
Posdata:
si no sois menores, ver Deadpool.