Hay quien diría que pagar por un servicio y
que, en consecuencia, te sirvan ese servicio es algo totalmente normal y
lógico, ¿no? Pues no siempre ocurre esto. Hablo de un servicio público en
concreto, el autobús. Para ser más exacta, la línea 2315 Santurtzi-UPV/EHU. Es
mi cuarto año de carrera, y con suerte el último, y jamás he tenido ninguna
queja al respecto. ¿La razón? Que los primeros tres años tenía horario de
tarde. Paz y tranquilidad eran las características principales de coger el
autobús para ir a la universidad, daba igual a la hora que lo cogiera. Pero
ahora es todo lo contrario. En 4º solo hay optativas por la mañana, por lo cual
he sido obligada a coger el autobús de las mañanas. Y quiero hacer constancia
de que es algo horrible.
Es la misma rutina cada día: coger el autobús
de las 8 a.m. y empujarte con los demás estudiantes para conseguir un sitio
donde sentarte en la media hora que dura el viaje. Y eso que mi parada es la
segunda. Nada más y nada menos que en la segunda parada el autobús, el más
grande con el mayor número de plazas posibles, se llena completamente. Hasta
llegar a la universidad son un total de ocho paradas. Y eso sin contar cuando
pasa también por Sestao, en cuyo caso ya son doce paradas. A partir de la
segunda, los estudiantes que se suman a este viaje no pueden ni sentarse. Les
toca ir de pie a lo largo del estrecho pasillo del autobús, juntándose unos con
otros sin casi un mínimo de espacio para moverse ni respirar. Así, todas las
mañanas, desde la tercera parada. Repito, hay ocho paradas y a veces hasta
doce. El ir a la universidad se convierte cada mañana en una travesía tediosa.
Pero no acaba ahí. Esto no solo ocurre a las
ocho de la mañana. Si terminas las clases a las doce del mediodía, procura ir
corriendo a la cola del bus porque si no, te arriesgas a ir de pie de nuevo.
Aunque eso no es tan terrible como coger el bus de la una, ahí con mucha suerte
entras en el autobús. El jueves pasado nos tocó a varios estudiantes ir al lado
de la cabina del conductor. Un lugar donde se supone que no se puede estar, que
hay que dejarla libre para no molestar al conductor y para quien quisiera
entrar, sin embargo el conductor nos dejó estar ahí por el simple hecho de que
no entrábamos en ningún otro sitio. Era permanecer ahí todos apretujados o
quedarnos en la uni esperando una hora para el siguiente bus y rezando para que
no ocurriera lo mismo. Y dentro no podías agarrarte a nada, tenías cuerpos
alrededor que te empujaban y viceversa. Es un verdadero fastidio.
El pasado viernes pasó algo parecido también,
pero el conductor no nos dejó estar ‘a su lado’ y nos abrió las puertas de
salida para que intentáramos buscar un espacio atrás. Lo conseguimos a duras
penas, pero nos quedamos pensando si era mejor esperar al siguiente bus.
Incluso pensamos en bajarnos en la primera parada y seguir a pie el resto del
camino porque el viaje era verdaderamente horrible.
Ahora bien, esto no es nuevo, lleva pasando
bastantes años y todavía no se ha hecho nada al respecto. Sabiendo que ocurren
estas cosas, ¿por qué no ponen dos buses de la misma línea? Todos pagarían por
ir sentados y pudiendo respirar tranquilamente. Además, habría un puesto de
trabajo más. Dos pájaros de un tiro.
Este miércoles 26 la asociación estudiantil Ikasle Ekintza se ha reunido en una asamblea para hacer constancia de que así no se puede estar y poder poner una
solución al problema, ya que esto no solo ocurre en el bus de Santurtzi, sino
en todos. La solución sería poner más buses en las horas punta. Pero según la
Diputación Foral de Bizkaia, "los autobuses que hay son suficientes".
Que prueben a coger el bus de las 13:00. Si es que pueden. O el de las 8:00,
las 12:00, las 15:00, las 18:00 y las 19:00.